martes, 23 de septiembre de 2008


Es cierto : he sido y soy terriblemente nervioso. Pero, ¿Por qué insisten ustedes en llamarme loco ? La enfermedad ha desarrollado mis sentidos. No los ha destruido ni los ha embotado. De todos ellos el oído es el más agudo. Escuchaba todas las cosas, tanto del cielo como a la tierra. Escuchaba todas las cosas del infierno. ¿Cómo puede ser entonces que esté loco ? ¡Presten atención! Escuchen, y observen cuán tranquilamente puedo contarles toda la historia.

[ "El corazón delator" - Edgar A.Poe ]

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